lunes, 29 de octubre de 2018

COSMOS, DE WITOLD GOMBROWICZ

Cosmos: "la palabra griega que designaba al universo, opuesta al caos"

El rebote Como lo hiciera en Trans-atlántico con la escena del juego de pelota-paleta entre los personajes de El Puto y Horacio, aparece en esta obra un momento de divagación del personaje principal, en donde nos dice que sus pensamientos provocaron "una desagradable partida de tenis, pues el gorrión me arrojaba a las bocas y las bocas al gorrión". Como en muchos pasajes de su obra, Gombrowicz tiene reminiscencias de un pensamiento dialéctico.
Esta lógica "de rebote" entre pensamientos se traslada a los objetos, y será lo que guiará toda la novela (específicamente su trama) "hacia adelante". Vale decir que la secuencia de "objetos colgados" que Witold y Fuks van descubriendo -una aguja clavada en la mesa, una puntilla clavada en la cáscara de un limón, una lima de uñas clavada en una cajita, un alfiler clavado en un cartón, un clavo clavado en la pared, cerca del piso- repercutirá en varias de las acciones posteriores en el relato -en esto, el asesinato del gato es el ejemplo paradigmatico. Esto se puede apreciar en el siguiente fragmento: "En esas cosas y lugares se ocultaba el camino, en la combinación de esas cosas y lugares se ocultaba el camino que me había conducido al crimen, si hubiera podido interpretar correctamente ese conjunto de cosas y lugares me habría enterado quizá de los verdaderos motivos de mi crimen" (pág. 97),

o en éste:

"como si el gato me hubiese llevado del anverso al reverso de la medalla, hacia el círculo donde se producían los misterio, hacia el mundo de los jeroglíficos" (pág. 82).

Lenguaje audiovisual Las primeras hojas de "Cosmos" cuentan con un estilo que encuentro cercano a las descripciones de planos de films. Oraciones unimembres o carentes de artículos, tales como: "Sudor. Fuks avanza. Yo tras él" crean una atmósfera visual y de "relato puro".
Etcétera, etcétera. Este recurso parece utilizarlo cuando se da cuenta que se está explayando demasiado en la descripción, que está perdiendo el eje de lo que es realmente importante para el relato. "Pese a todo, a mí me parecía que ella podía haberlo ahorcado; si enfurecida había dado aquellos martillazos podía con esa misma furia haber matado al gato... Aquello era totalmente factible, sobre todo si se tomaban en cuenta sus cortas extremidades, sus gruesas muñecas, su pequeño torso, amplio y abundante en bondades maternales... Sí, ella podía haber sido. Todo junto, su torso, sus extremidades, etcétera, podía haber ahorcado al gato" (pp. 89-90).

Para esta reseña de Cosmos, de Witold Gombrowicz, se tomó en cuenta la edición de El cuenco de plata del año 2015.


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