Lo primero que llama la atención cuando uno se topa con una novela de Strafacce (“Frío de Rusia”) es el tono en que está escrita y, también, el tono que manejan los personajes. Es como leer algo que es delirante y exagerado al mismo tiempo y todo el tiempo. En “La escuela neolacaniana…” ese recurso aparece cuando los protagonistas, una logia de psicoanalistas, se reúnen en una suerte de asamblea en la cual comparten las técnicas que utilizan para “adiestrar” a sus pacientes. En ese momento, una especie de competencia espontanea se libra entre los colegas, para introducir, en cada una de sus disertaciones, una palabra en “bastardillas”. Strafacce (abogado), maneja la retórica de la ficción de esta manera tan especial que le otorga a sus historias elementos del registro oral. Y esto invita a leer sus novelas de un tirón.

Sin querer anticipar más, y por todo esto, creemos que esta novelita puede sorprender. Pero darle una oportunidad y que eso suceda, depende de los lectores.
La escuela neolacaniana de Buenos Aires, de Ricardo Strafacce (Blatt&Ríos)