martes, 4 de julio de 2017

El caballo y el gaucho

Estos relatos cortos de Katchadjian, tomados de hechos reales de la historia antigua, algunos otros de mitos de pueblos o civilizaciones, derivan inesperadamente en hechos actuales, modernos. Esa mezcla da resultados, además de inesperados, absurdos. Cierto tono de una primera persona plural en varios de los relatos provocan una sensación rara, como de estar presenciando el discurso de un grupo de dementes. Textos relatados por animales y hasta por el miembro de una tribu que no descubrió el lenguaje, pero que sin embargo nos cuenta como va a morir.
La libertad del contenido de cada fragmento de texto está en relación a las limitaciones de su forma. Alguna vez, Katchadjian dijo: "Nunca tengo algo que quiera decir antes de escribir, en el sentido de 'voy a escribir porque quiero decir esto' y, al contrario a medida que la escritura avanza aparecen cosas que identifico como 'lo que quería decir'. Entonces, sería algo así: mientras escribo, la justificación es formal, y si lo termino (es decir, si no abandono el texto y llego a un final), y me gusta el resultado, es porque la forma me llevó a un contenido que no conocía, a algo que quería decir". En esta clave se entiende toda su obra, y en esta clave la recomendamos. Atentos lectores, ¿qué tienen para decirnos de este libro?


El caballo y el gaucho, de Pablo Katchadjian